martes, 9 de junio de 2009

MUNDO BURBUJA

Mundo tuyo y yo afuera, en mi mundo de espinas que amenazan tu burbuja, antenas hechizas, tienes que esquivar, aunque yo todavía pienso que es el viento o mas bien su voluntad quien dirige tu esfera transparente, y tu ahí dentro, tan grácil, tan intocable, raro souvenir de no se que país, de no se que viaje, de no se quien, pero ya no le perteneces, fue el viento o mas bien su voluntad, estoy seguro, quien te trajo acá y decidí atraparte, flotabas en mi espacio y decidí atraparte. No sabia, pero estabas cerca, casi tocando mi nariz, y fui delicado, era preciso, te tome con suavidad, con cuidado, me asegure de eliminar a lo cortante, pero las espinas, las antenas que yo mismo fabrico con filos y alambres para volver un poco al mundo (al mío) en desesperados intentos de no saberme perdido cuando algo o alguien corta la transmisión de mi rutina, esos filos, esos alambres puntiagudos, esas espinas (carajo!, esas espinas!) comenzaron a dañar tu plasma protector, y de los pinchazos y cortadas escurría algo salado y ligero, como una gotera incansable de lágrimas, y yo te observaba apenado de haber vulnerado un poco tu paz, pensaba que una vez roto tu ectoplasma o derretido, no podrías vivir fuera de el, no podrías comprender que es necesario construir antenas, recibir pinchazos, llevar a cuestas pesadas y penosas cruces (así llamamos aquí a lo que nos toca vivir sin elegirlo) para poder sentir la vida, dolor, no quiero decir dolor, quiero decir dolor necesario, dolor útil, vehículo de satisfacción, único camino en este mundo a los dos centímetros de felicidad, intermitentes, dos segundos de diamante entre horas, días y meses de papel, y tu no podrías comprenderlo porque tu piel es suave y no tiene cicatrices, porque todo tu tiempo ha sido de diamante y ahora que mi tiempo de papel te da la hora, tu mundo burbuja se colapsa, y ya no es el viento ni su voluntad, ya es una fuga irremediable, hay un sonido de pájaros nocturnos escapando violentamente de su árbol, hay un olor como de fresas y cerezas naturales, hay pedazos de cristal por todas partes, hay una criatura desnuda y delicada que cae como quebrándose a mis brazos, hay silencio después del estallido y pequeñas espinas comienzan a crecer en los alrededores...

1 comentario:

David Huerta dijo...

Si lo que buscas es dolor, márcame, tienes mi número...


Mocos.