Voy a escribir un sueño que no amanezca, una mañana sin memoria y una ley que obligue en los malos recuerdos un gravamen de caducidad.
Voy a escribir unos ojos en la noche, para cuando busque los tuyos y ya no estén.
Voy a escribirte detrás de una cortina de la casa, jugándome una broma para cuando me entere que te has ido para siempre.
Voy a escribir otra versión de mi, una alterna, para saltar en ambas como sea prudente.
Voy a escribir un espejo que mienta, unos dientes blancos en mi sonrisa y tal vez la sonrisa.
Voy escribirme un descanso verdadero para leerlo todas esas noches que me siento vencido.
Voy a escribirme un corazón postizo y un vaso con agua en mi mesa de noche, para refrescarlo mientras duermo.
Voy a escribir en uno de los cajones de la madrugada un cigarrillo y un somnífero o quizás un escorpión.
Voy a escribir todo lo que pueda, siempre que pueda y aún cuando no pueda, estaré escribiendo internamente todo lo que no tenga que quedarse en la memoria de nadie.
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