Nos tocábamos con todo lo que fuera parte de nosotros y que pudiera pertenecer al otro en ese instante de tactos diversos, piel, cabello, mirada, dientes, sexo, aliento... pero siempre el tacto rebasaba la frontera de lo convencional y por un instante minúsculo nos tocábamos con el pensamiento, con nuestros silencios, con nuestro "nosotros", yo te tocaba a ti porque sabia que tu en todas tus formas estabas preparada para mis alcances táctiles, tu me tocabas a mi porque sabias tocarme, lo habías aprendido en mi.
Y nos tocábamos de cerca, de lejos, de muy lejos, de un día antes o desde una tarde en la que yo había salido enfermo de encierro y de pronto, cruzando una calle, sentía tu caricia en alguna mejilla de mis diálogos internos o en algún oído precipitado de mi atención deficiente a este plano.
Nos tocábamos a veces, sabiendo que la luna es la mas ingenua y la mas corruptible de los astros y yo la hacia que llevara hasta ti el temblor de mi pulso por unos cuantos halagos a su blancura percudida y tu me devolvías con ella un beso humedecido y fresco.
Nos tocábamos en un dialogo de pulpos, dialogábamos en transmisiones sensitivas, vibrabamos al contacto, descubrimos que el eco de las caricias es la piel erizada... alguna vez anduve descalzo sobre tu espalda, alguna vez me fue difícil despegarte de mi piel...
lunes, 30 de agosto de 2010
jueves, 26 de agosto de 2010
Bloqueo.
De nuevo... que agónicos son estos pasajes, como me cierran la boca y me entumen los dedos, como se vuelven una masa las palabras, una madeja en donde no encuentro una punta, una media nuevecita sin un hilo que desencadene la devenida de un texto, de una frase, que pleito es este, no se contra quien lucho, ni a quien maldecir, ni a quien golpear. Alfabética retorica, sonido de cacahuates sin pelar, se me harán llagas en el cerebro si no escribo, lo se, me ha pasado alguna vez, una gastritis emocional, una ulcera en la boca de mis pensamientos, un coma temporal en las ideas, que enfermedad la del silencio del teclado, que bloqueo, algo esta saboteando mi creatividad pero no se que, ya revise debajo de la cama y no había nada, aparte me están picando los moscos en los pies, esto parece no tener importancia pero me roba la poca concentración que podría reunir... ya mate a uno, se que no es justo pero yo no tengo manera de chupar su sangre para estar a mano, malditos!, maldito bloqueo.
jueves, 19 de agosto de 2010
Mi noche...
Mi noche es esférica y no tiene cuarteaduras de esas que trafican luz del exterior, es completamente obscura, insoportablemente circular, tus pupilas podrían ser un par de noches como ésta, pero ya no están.
La sensación es de ceguera contraída apenas, pero no hay con que chocar, la noche es inmensa y tu cuerpo ya no está.
Giro en mi noche redonda, en mis sueños redondos... y se que recordarte es redundar, caminar en círculos, sonámbulo, pero no quisiera despertar si ya no estas.
La sensación es de ceguera contraída apenas, pero no hay con que chocar, la noche es inmensa y tu cuerpo ya no está.
Giro en mi noche redonda, en mis sueños redondos... y se que recordarte es redundar, caminar en círculos, sonámbulo, pero no quisiera despertar si ya no estas.
domingo, 15 de agosto de 2010
"Insignificancias"
Cuando era niño, tenia una fascinación muy particular por una escena muy particular, vivía en una colonia situada prácticamente a las faldas de un cerro, por lo tanto era habitual en ese tiempo observar descender de la montaña a leñadores a caballo transportando enormes vigas que ataban a los costados de los caballos en un extremo y el extremo opuesto se arrastraba por el piso.
Esta imagen llamaba mi atención, pero principalmente (y no puedo explicar porque) me gustaba ver como las vigas se desgastaban contra el asfalto.
No buscaba en ese entonces darme explicaciones al respecto, consecuencias lógicas de fricción ni cosas por el estilo, ni siquiera me importaba ni me cuestionaba el destino de las vigas, era solo eso, el desgaste en la madera, el ángulo que se formaba... Yo simplemente lo observaba y era un buen momento.
Hace unos días me encontré con esa imagen que era parte del paisaje vespertino de mi infancia y fue muy agradable, fue como en aquel entonces, un buen momento, pero también pude darme cuenta de que no he perdido mi capacidad de asombro ante los actos gratuitos y particulares de una vida que muchas veces encuentra valor y sentido en este tipo de "insignificancias".
Esta imagen llamaba mi atención, pero principalmente (y no puedo explicar porque) me gustaba ver como las vigas se desgastaban contra el asfalto.
No buscaba en ese entonces darme explicaciones al respecto, consecuencias lógicas de fricción ni cosas por el estilo, ni siquiera me importaba ni me cuestionaba el destino de las vigas, era solo eso, el desgaste en la madera, el ángulo que se formaba... Yo simplemente lo observaba y era un buen momento.
Hace unos días me encontré con esa imagen que era parte del paisaje vespertino de mi infancia y fue muy agradable, fue como en aquel entonces, un buen momento, pero también pude darme cuenta de que no he perdido mi capacidad de asombro ante los actos gratuitos y particulares de una vida que muchas veces encuentra valor y sentido en este tipo de "insignificancias".
lunes, 9 de agosto de 2010
Me gusta...
Yo acostumbro a quitarme la vida todos los días, todos los días me disparo y convulsiono y sangro, me asesino, sabes que a diario me arrojo de cualquier acantilado, y tu con tu truco gastado y tu magia repetida, regresas, a sacar de mi sombrero una sorpresa, sabes que soy impresionable aún...
Sabes que tomo veneno en las noches y a escondidas me cambias el frasco, pero el que dejas trae sueños...
Ayer me cerraste los ojos después del disparo, me acariciabas el pelo y me contabas un cuento, el cuento hablaba de un viejo que zurcía corazones con hilos de lana que obtenía de una oveja invisible, la oveja era el tiempo...
Hoy desperté como siempre, con humor suicida y buscaba un puente, lo encontré, pero esta vez recordé tu magia, tu truco gastado, tu cuento, y me gusta tu cuento, tu voz curativa y tus ojos de ámbar... me gusta este encuentro.
Sabes que tomo veneno en las noches y a escondidas me cambias el frasco, pero el que dejas trae sueños...
Ayer me cerraste los ojos después del disparo, me acariciabas el pelo y me contabas un cuento, el cuento hablaba de un viejo que zurcía corazones con hilos de lana que obtenía de una oveja invisible, la oveja era el tiempo...
Hoy desperté como siempre, con humor suicida y buscaba un puente, lo encontré, pero esta vez recordé tu magia, tu truco gastado, tu cuento, y me gusta tu cuento, tu voz curativa y tus ojos de ámbar... me gusta este encuentro.
viernes, 6 de agosto de 2010
Te miro...
Te miro atento pensando en ti y a la vez me distraigo pensando en mi, como si fueras tú detrás de la cámara que me toma una foto...
Te miro como antes, como siempre, como nunca...
Te miro a los ojos, a las manos que no me corresponden la mirada, a los pechos que la esquivan y la buscan, te miro a la boca, a esa boca que también me mira y llora cuando besa...
Te te miro de frente mientras hablas, y cuando yo hablo te señalo un cuadro a tu derecha para mirarte de perfil, te analizo y tu no te das cuenta pero yo también estoy detrás de una cámara tomándote mil fotos...
Te miro a la inocencia que también me mira independiente a ti, te miro a la tristeza, a esa que olvidaste maquillar cuando salias, y sonrío discretamente porque tus uñas están perfectas...
Solo trato de mirarte y de sembrarte en mi memoria para que mañana, en el silencio y en la soledad, florescas...
El tiempo se ha ido pronto, volteo para pedir la cuenta, y de reojo observo, que tú también me miras...
Te miro como antes, como siempre, como nunca...
Te miro a los ojos, a las manos que no me corresponden la mirada, a los pechos que la esquivan y la buscan, te miro a la boca, a esa boca que también me mira y llora cuando besa...
Te te miro de frente mientras hablas, y cuando yo hablo te señalo un cuadro a tu derecha para mirarte de perfil, te analizo y tu no te das cuenta pero yo también estoy detrás de una cámara tomándote mil fotos...
Te miro a la inocencia que también me mira independiente a ti, te miro a la tristeza, a esa que olvidaste maquillar cuando salias, y sonrío discretamente porque tus uñas están perfectas...
Solo trato de mirarte y de sembrarte en mi memoria para que mañana, en el silencio y en la soledad, florescas...
El tiempo se ha ido pronto, volteo para pedir la cuenta, y de reojo observo, que tú también me miras...
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