Soy un hilo que se sostiene a la tierra, una red para cazar mariposas, un guante para cazar tu mano izquierda, un pedazo de pan repartido en algunas bocas, soy una boca y muchas palabras, también soy un beso y quizá una mentira.
Soy todo y soy nada, soy como tú, mi alma es como tu alma, soy tu voz y también soy silencio cuando callas, soy enorme porque no se lo tengo que demostrar a nadie, soy mínimo porque soy universo, porque me cabe el sol en una mano, la noche en un ojo y el mar en un recuerdo, soy infinito, soy eterno en este momento irrepetible, soy hombre y me visto con la historia de mi género; he manejado la lanza y tocado la lira, he inventado el fuego, descubrí las estrellas, les puse un nombre y las agrupé en constelaciones, y he visto tus ojos y no he podido hablarles, les llame peces oscuros, les llame migas de noche, los convertí en refugio de mis contingencias y los hice llorar porque también soy hecatombe, soy terremoto y derrumbe y maremoto, soy calma después de mi propia tempestad, soy bien y soy mal, me lo dijeron, no tuve elección, tenia que haber un equilibrio.
Soy inocente y he sido culpable, culpable de mí y de ti, he sido mi propio villano y aveces también mi propio héroe, he sido débil pero también soy fuerte, soy grande porque mi grandeza radica en un encuentro con Dios, una conexión, una alianza permanente, un dialogo constante de preguntas y respuestas, una entrevista sin horarios, sin testigos y sin nada que ocultar, soy pequeño porque soy polen, soy rocío, soy minuto, y he sido minuto en tu tiempo, soy un punto, o dos, o tres puntos juntos... Suspensivos.
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