lunes, 5 de julio de 2010

Temporada de cerezas...


Perdí el contacto con tu piel y con tu voz, algo pasó, la decadencia de los acontecimientos, los lapsos insoportables, la migraña que acompañaba a los encuentros, hubiera bastado un beso eléctrico, un cañón en la mirada, disparar...

Alguien de los dos se tragó la lengua, mordió el silencio, no recuerdo si fui yo, pero también esperaba escucharte... no lo sabíamos pero desde el inicio nos habíamos retado a un duelo, alguien tenía que jalar el gatillo, (la cuerda bucal que articula la palabra envenenada) a alguien de los dos le tembló el pulso, no recuerdo si a mí, pero yo también esperaba tu bala en mi pecho...

Sentencia del origen, yo también hice un intento por aniquilar la segunda mitad de nuestros días, por cortar de nuestro fruto la parte oscurecida que finalmente mordimos, yo también esperaba que no fuese heredado, yo también esperaba que no fuese prohibido...

Alguien se contiene algunas sílabas, alguien abre fuego a discreción, veteranos de guerra que conocen su estrategia, "enemigos íntimos" amigos insustituibles del dolor. Llegamos perfectos de heridas al final, perfectamente erosionados, finalmente desprendidos...

Yo también estoy buscando mi porción de amnesia, mi mitad de olvido, yo también espero ahora el tiempo de cerezas, de canciones, de latidos...

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